sábado, 15 de septiembre de 2007

LOS INTELECTUALES SE PRONUNCIAN


¡Frenen esa atrocidad!

por_:CÉSAR TENORIO GNECCO*

Desde Ciudad de México he seguido paso a paso los atropellos que le quieren hacer a NUESTRO parque de Caldas de Popayán. Llena de horror imaginarnos sólo, a esa belleza de Centro Histórico convertido en un San Andresito Colonial, al generar tanto espacio libre en una plaza para que los vendedores ambulantes pronto se apoderen de ella y formen un problema más para nuestra maltrecha Viejecita, la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Popayán.

Más bien al parque llénenlo de flores, restauren las cuatro fuentes que la colonia sirio-libanesa donó y que se conservan en las cuatro esquinas en torno al sabio Caldas, ¿o a él también lo van a mover de su sitio y poner en busca de la modernidad y el mal llamado Minimalismo?; conserven las ya antaño hermosas bancas del parque, de la misma época de las de la Plazoleta de San Francisco ¿que pasó con ellas? por lo menos deben estar en un museo de mobiliario urbano, supongo.

¿Minimalismo en Popayán, en el corazón de esta joya barroca que aún conserva algunos de sus tesoros? ¡Están locos si lo permiten! Es increíble que cuando aquí en México se está luchando con uñas y dientes para liberar a centros históricos que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad de ese terrible flagelo que es ‘el ambulantazgo’, tales como Morelia, Puebla de los Ángeles o la misma Ciudad de México, y en Popayán se pretenda hacerle ¡una plaza llena de vendedores ambulantes!¿?

La única solución que se encontró en México para evitar el terrible virus del ambulantaje fue llenar las calles de jardineras, fuentes, esculturas, bancas como las que quieren quitar, con espacio entre ellas tan chico que solo pueda pasar la gente.

El mundo entero gasta millones en preservar lo poco que les queda de su pasado y hasta votamos por las 7 Nuevas Maravillas del Mundo ¿y entonces? ¿Qué pasa con la maravilla payanesa que es nuestro Parque de Caldas? ¿Ya no hay arquitectos en Popayán para que desde Bogotá se nos imponga lo que debemos hacer con lo que desde antes de nacer ya era nuestro? ¿Ya no se respeta la voz de la historia en pos de un minimalista grito de la modernidad bogotana en Popayán? ¡Que la modernidad de Popayán se haga fuera de su Patrimonio Histórico!

Hagan el parque más grande, con más zonas verdes, devuélvanle el paramento a las calles que lo rodean, llénenlo de vida, ya que es poco de lo verde que se conserva de lo que fueron los bellísimos patios y huertas de las casonas señoriales. ¡No más, por favor, frenen esa atrocidad! ¡Dejen el Centro histórico en paz!

*Candidato a Doctor en Arquitectura, UNAM

LA HISTORIA DEL PARQUE CALDAS

El Parque de Caldas
En el Centro de Popayán

Introducción.

El Parque de Caldas de Popayán es uno de los sitios más antiguos de la
ciudad y ha sido testigo de gloriosos episodios así como de trágicos
acontecimientos. Diseñado en forma tradicional y conservada por siglos,
hoy se ve amenazada con una transformación diferente a la tradición de
la ciudad.

El arquitecto payanés César Tenorio Gnecco, quien está terminando
estudios superiores en su arte en la ciudad de México, ha escrito el
siguiente articulo que incluye una histórica selección de fotografías
que muestran cómo ha evolucionado el Parque de Caldas.





El Parque de Caldas
En el centro de Popayán
Por: César Tenorio Gnecco

Fue creado con la ciudad en 1537; a su alrededor fueron construidas las casas de los fundadores y las dependencias de los poderes religioso y gubernamental. Inicialmente fue utilizada como plaza de mercado.

En 1538, en el centro de la plaza se colocó un cepo donde fueron decapitados Jorge Robledo y Álvaro de Oyón, cepo que estuvo en este lugar hasta 1766 cuando fue reemplazado por un chorro; este duró allí hasta 1805 cuando en su lugar fue colocada una pila de cantería. Esta fue cambiada en 1910 por la estatua del Sabio Caldas, obra del escultor francés Verlet; en la misma época fueron sembrados los árboles que hoy adornan y rodean la escultura. [1]

El parque fue encerrado con una verja de hierro forjada por el maestro Julio Ramos, junto con faroles primero y luego lámparas para iluminar la noche de los payaneses; así se conservó algún tiempo, luego la verja fue quitada Y quedó como actualmente lo vemos.




Me tomó la licencia en este trabajo de copiar textualmente las palabras de Jaime Vejarano Varona para describir este espacio urbano de Popayán:

“Entre las más viejas fotografías que conozco de nuestra Plaza principal, hay una que nos ubica en la mitad del siglo pasado, cuando ese espacio cumplía las funciones de mercado público. Frente a los clásicos Portales aparecen varias bestias de carga pastando en campo de césped, en tranquila espera de sus dueños ocupados en la compraventa de productos junto a toldas elementales levantadas en la esquina sureste, teniendo al fondo aquel antiguo Mirador que allí existía y que recientemente fue rescatado dentro del proyecto urbanístico Camino Real, denominación ésta que corresponde al nombre primitivo de la calle quinta.
"No parece que con anterioridad a lo que nos muestra esta estampa hubiese algo diferente aquí. Pero a fines del siglo XIX encontramos otros documentos gráficos que nos indican un Parque, propiamente dicho, consecuente con un diseño formal, con su núcleo destinado al monumento principal y sus zonas verdes trazadas geométricamente, con senderos circunvalares y radiales que permitían el acceso y tránsito en cualquier dirección, como en "la rosa de los vientos”
.




“Pueden apreciarse allí las primeras rústicas bancas de madera; las por entonces apenas nacientes y hoy casi centenarias altísimas araucarias; y un encierro de rejas y pilastrones alrededor; al fondo, la cuarta Catedral, aun inconclusa, que se terminó en 1906; una tapia ocupando el frente del hoy Palacio Arzobispal, y la tricentenaria Torre del Reloj. Al centro luce, como elemento decorativo, una pila de agua, labrada en piedra de cantera que parece ser la misma que hoy exorna la Plazuela de Santo Domingo y que, según refieren no bien confirmadas tradiciones, .fue a parar después de 1910 a la Plaza principal de Timbío, de donde se la rescató posteriormente a cambio de un busto del Presidente Pedro Nel Ospina. (Este dato queda a la confrontación de personas mejor versadas en estas remembranzas).

“Al celebrarse el primer centenario de la Independencia Nacional, en 1910, se inauguró la estatua del sabio y mártir Francisco José de Caldas, acertada obra escultórica de Ver/et, ocasión en que el Maestro Guillermo Valencia pronunció una de sus magnas oraciones en homenaje al Prócer, en cuyo final se produjo un silencio general de estupefacta y abstraída admiración que aprovechó el ingenioso payanés Dr. Joaquín Rebolledo para expresar en voz alta esta frase laudatoria para el orador: “Bien hizo el sabio en esperar un siglo”.





“En esta misma oportunidad se dieron al servicio las bancas que hoy conocemos, de soberbio diseño francés, en estructura y soportes artísticamente elaborados en hierro forjado , sobre las cuales y desde entonces se ha tejido la crónica de la ciudad.




“Mis recuerdos personales de la Plaza de Caldas retienen solo algo más de medio siglo de su existencia y ellos puedo, esos sí, compartirlos responsablemente con los innumerables testigos de esta no tan lejana tradición. El Parque de Caldas supo del juego de Negritos y de la Fiesta de Reyes; de los carnavales galantes con artísticas carrozas, cuando cabalgatas de verdaderos “caballeros de a caballo” homenajeaban con serpentinas y confettis a las hermosas damas que presenciaban el desfile desde los balcones amados con macetas de geranios, azaleas y crisantemos.

Fue testigo también esta Plaza de las ilustres Tertulias sostenidas bajo el frondoso e inolvidable carbonero por la crema de la intelectualidad payanesa, por personajes como los tres Maestros Guillermo Valencia, Rafael Maya y Efraín Martínez; Carlos, Arcesio y Hernando López Narváez, los tres Toronjos; José Ignacio Bustamante, Carlos Vernaza y Ramón Dolores Pérez; Carlos Simmonds, Arcesio Aragón, Ramiro Ramírez y Víctor Aragón; Francisco Eduardo Diago, Manuel Varona, Carlos Villamil, Francisco José Cháux y Matoño Arboleda; Julio Manuel Ayerbe, Avelino Paz, José Manuel Rodríguez y Gustavo y Daniel Vejarano Segura, y tantos otros destacados payaneses.

“Cuando las calles aledañas a la Plaza recibieron el primer baño de pavimento asfáltico, hacia 1935, la colonia sirio-hebreo y libanesa obsequió en gesto recordatorio y de solidaridad, las cuatro fuentes de agua enchapadas en abigarrados y multicolores azulejos, que por algún tiempo fueron tema de controversia como elemento decorativo, hasta que los payaneses nos acostumbramos a aceptarlas como parte integral de su ornamentación.

“Capítulo aparte merecen, claro está, las tradicionales Retretas de los jueves en la noche y de los domingos al medio día, interpretadas por la Banda de Músicos del Batallón Junín N° 7, magistralmente dirigida en sus diferentes épocas por Agustín Payán, autor del hermosísimo “Valse a Popayán”, por Eduardo Hurtado, “el zambo”, por Efraín Orozco, gloria musical de Colombia, el Maestro Anastasio Bolívar y por su pequeña hija Gloria Bolívar quien en varias oportunidades llevó la batuta, trepada en un taburete, con solo 5 años de edad y apenas si un metro de estatura. Y el inolvidable y virtuoso compositor don Pacho Torres.

“Esta plaza fue escenario, igualmente, de grandes concentraciones religiosas, cívicas y políticas, en una de las cuales recuerdo al fogoso y brillante orador, el leopardo Augusto Ramírez Moreno, quien desde la tribuna y en homenaje a la ciudad, en un peculiar estilo entre variaciones agudas y graves de su voz, decía: “…y es que en Popayán, hasta los borricos tienen vocación para caballos de estatua!”

“Las antiguas verjas que encerraban la plaza fueron reemplazadas, hacia 1940 luego de la pavimentación, por setos ornamentales de siemprevivas y resucitados; y en este paraíso pubentino se intercalaban con las airosas araucarias dos frondosos y fragantes magnolios, varios árboles de “la flor de mayo” un alcornoque (de cuya corteza se extrae el corcho), un palo de mango, dos colosales madroños y un copioso arrayán de Castilla, cuyos frutos perseguían ansiosamente los escolares, ante el acoso inane de los policías que se esmeraban por defender esos árboles
.




“De los recuerdos que dejo hasta aquí reseñados, en memoria y homenaje de nuestra Plaza Mayor, quizá el que nos llega con más olor de nostalgia es el de las retretas, cuando se daban cita allí todos los payaneses para intercambiar en amena y ambulante tertulia, temas intrascendentes, conceptos e impresiones del acontecer lugareño y, desde luego, el chisme del día, mientras circundaban la plaza saludando a los amigos que venían en sentido contrario y teniendo al fondo las notas regiamente interpretadas de notables y eternas melodías de Strauss, Shubert, Albeniz, Hoffman, que nos iniciaban en el conocimiento de los clásicos de la música, así como en el disfrute de los más destacados compositores nacionales.

“Ahora, cuando se le entrega a la ciudad completamente restaurado y embellecido nuestro entrañable Parque de Caldas y se inicia una campaña cívica a fin de que aprendamos a respetarlo y a cuidarlo como a la sala de nuestra casa, invoco el buen criterio de los organizadores de esta recuperación para que se deje un espacio apropiado, plataforma o kiosco, para las retretas que, a no dudarlo, en alguno futuro próximo apreciaremos de nuevo con toda su lucidez y esplendor.” [3]



Notas.

[1] Mi abuela, María Luisa Caicedo de Tenorio me contaba, cuando yo era solo un niño, las peripecias de su padre, el general Julio Caicedo y García, cuatro veces gobernador del Cauca Grande, cuando trajo desde Santa Fe de Bogotá y a lomo de mula estos árboles para sembrarlos en la plaza.

[2] En quincallería, hierro fundido, diría yo.

[3] VEJARANO VARONA, Jaime. La Plaza de Caldas, tomado de la red de payaneses de Mario Pachajoa Burbano.


miércoles, 12 de septiembre de 2007

ciudadanos: tomemos la palabra y la iniciativa


Tomemos la palabra y la iniciativa

de José Saramago

Como declaración de principios que es, la Declaración Universal de los Derechos Humanos no impone obligaciones legales a los Estados, salvo si las respectivas Constituciones establecen que los derechos fundamentales y las libertades en ellas reconocidos serán interpretados de acuerdo con la Declaración. Todos sabemos, sin embargo, que ese recono­cimiento formal puede acabar siendo desvirtuado o incluso denegado en la acción política, en la gestión económica y en la realidad social. La Declaración Universal generalmente es­tá considerada por los poderes económicos y por los poderes políticos, incluso cuando presumen de democráticos, como un documento cuya importancia no va más allá del grado de buena conciencia que les proporciones.

Este medio siglo no parece que los Gobiernos hayan hecho por los Derechos Humanos todo aquello a lo que moralmente, cuando no por la fuerza de la Ley, estaban obliga­dos. Las injusticias se multiplican en el mundo, las desigual­dades se agravan, la ignorancia crece, la miseria se expande. La misma esquizofrénica humanidad capaz de enviar ins­trumentos a un planeta para estudiar la composición de sus rocas, asiste indiferente a la muerte de millones de personas a causa del hambre. Se llega más fácilmente a Marte que a nuestro propio semejante.

Alguien no está cumpliendo su deber. No lo están cumpliendo los Gobiernos, ya sea porque no saben, ya sea porque no pueden, ya sea porque no quieren. O porque no se lo permiten aquellos que efectivamente gobiernan, las em­presas multinacionales y pluricontinentales cuyo poder, ab­solutamente no democrático, ha reducido a una cáscara sin contenido lo que todavía quedaba del ideal de la democracia.

Nosotros como ciudadanos tampoco estamos cumpliendo con nuestro deber. Nos fue propuesta una Declaración Uni­versal de los Derechos Humanos y con eso creímos que lo teníamos todo, sin darnos cuenta de que ningún derecho podrá subsistir sin la simetría de los deberes que le corres­ponden. El primer deber será exigir que esos derechos sean no sólo reconocidos sino también respetados y satisfechos. No es de esperar que los Gobiernos realicen en los próximos cincuenta años lo que no han hecho en estos que conmemo­ramos. Tomemos entonces, nosotros, ciudadanos comunes, la palabra y la iniciativa. Con la misma vehemencia y la mis­ma fuerza con que reivindicamos nuestros derechos, reivin­diquemos también el deber de nuestros deberes. Tal vez así el mundo comience a ser un poco mejor.

martes, 4 de septiembre de 2007


NIÑAS, JÓVENES Y DOCENTES EN RONDA AL PARQUE CALDAS

CIUDADANOS NO DAN AVAL A PARÁMETROS TÉCNICOS PARA EL PARQUE CALDAS. - CARTA A LA DIRECCIÓN DE PATRIMONIO - MINCULTURA

Popayán, 04 de Septiembre de 2007

Señora Arquitecta
MARIA CLAUDIA LÓPEZ
DIRECTORA DE PATRIMONIO
MINISTERIO DE CULTURA
Bogotá

Ref.: Solicitud de aval a ‘los parámetros de diseño del parque Caldas’ realizados por la Filial Cauca.

Apreciada Doctora.

Le agradecemos atentamente su deferencia al enviarnos los parámetros de diseño para el parque Caldas realizados por la Filial Cauca de Monumentos Históricos, para que sean analizados por varios sectores de la ciudadanía en la búsqueda del aval.

Le reiteramos doctora López, nuestro apoyo al proyecto de intervención del parque Caldas, conservando la estructura original de dicho parque, con el perfil histórico que ha tenido desde 1906 y la estructura urbana que lo rodea, puesto que está considerado Bien de Interés Cultural de la Nación; y respetando estas premisas:

1. Que conforme al POT del Municipio de Popayán, para Proyectos Especiales, se cumpla con lo consignado en el Título 5, Artículo 113, que reza: “…Los proyectos que se realicen serán resultado de un concurso público o privado que haga posible la selección a partir del estudio de varias alternativas”.

2. Que en respeto a la Constitución de 1991, mediante la cual quedó atrás la democracia representativa y se dio vía a la democracia participativa, se convoque conforme a la ley 489 de 1998, artículo 32, a las Audiencias Públicas necesarias para socializar los proyectos existentes para el parque Caldas.

3. Que en el método de trabajo se ejecuten encuestas a la ciudadanía para garantizar la debida participación ciudadana, hasta la fecha reiteradamente desconocida en el proceso de diseño del parque Caldas; proceso que avala el querer de los ciudadanos y así poder determinar los criterios para la intervención en esa nueva franja de ampliación del parque.

En lo concerniente nos permitimos manifestar,

1. Respecto al procedimiento:
1. Que es necesario para realizar el nuevo proyecto de intervención del parque Caldas partir del debido procedimiento, pues como es de su conocimiento y me lo manifestó usted telefónicamente, la ciudadanía está en desacuerdo con que se siga violando la ley referida a la convocatoria para realizar el proyecto para el parque Caldas, consignada en el POT del municipio de Popayán.

2. Que las observaciones hechas al proyecto propuesto por el arquitecto Castro, no solamente requieren ‘Ajustes necesarios al diseño presentado…’ como dice la Ministra de Cultura en su carta, sino que implica cambiar el criterio que expuso el mencionado arquitecto de ‘darle un carácter de plaza al parque’, y modificarlo requiere partir del concepto de conservación del parque y de su entorno urbano, es decir, corresponde hacer nuevos proyectos adecuados a las Leyes de conservación del patrimonio, a las necesidades actuales y al querer de los ciudadanos; nuevas propuestas que de acuerdo al ordenamiento constitucional colombiano (Derechos: al espacio público, a la información y a la participación) deberán ser ampliamente socializadas; con mayor razón en esta época de calentamiento global que exige la ampliación del parque y su área verde y no la generación de una plaza dura que nadie ha solicitado en Popayán.

3. Que el Director de Fonade en carta de respuesta a la Ministra de Cultura, en julio de 2007 en el punto 13 dice: “Teniendo en cuenta que los condicionamientos planteados por el Ministerio en su comunicación requieren un cambio significativo en los diseños, es importante mencionar que se debe iniciar un nuevo proceso de contratación que conlleva a recursos adicionales y a su vez un tiempo prudencial para ejecutarlos”.

4. Que de acuerdo a esta afirmación del Director de Fonade y conforme al POT del Municipio de Popayán, para Proyectos Especiales, arriba mencionado, consideramos que es el momento oportuno para que se presenten en una Audiencia Pública los cinco proyectos existentes para el parque Caldas, a saber: El del arquitecto Lorenzo Castro, el del arquitecto Juan Manuel Caicedo, el del arquitecto Javier Velasco, el de la Escuela Taller, y el del grupo multidisciplinario de Popayán, y que en dicha audiencia se informe a la ciudadanía y se recoja su voluntad acorde al mandato constitucional, para que así el proyecto se ajuste a sus expectativas y a los análisis históricos, jurídicos y culturales que amerita este Bien de Interés Cultural.

2. Respecto a los parámetros de diseño de la Filial Cauca:
Como le manifestamos a usted en reunión del 09 de agosto en esta ciudad, el equipo multidisciplinario de Popayán está adelantando las encuestas y el proyecto de diseño para la nueva franja del Parque, y ha identificado dos componentes que debería contemplar el proyecto y que no se reflejan en los parámetros planteados por la Filial Cauca:

Primer componente:
Carácter operativo social.
• Planteamiento de la situación. Generación de oportunidades. Marco jurídico.
• Sustentación histórica, cultural, ambiental y de las tradiciones de uso en el parque Caldas.
• Objetivo general. Objetivos específicos.
• Criterios desde la ecología y el ambiente.
• Criterios desde la antropología.

Segundo componente:
Carácter de diseño.
• Criterios básicos: urbanos y funcionales para ejecutar el proyecto.
• Propuestas ciudadanas.

Doctora López, por las razones señaladas y con todo respeto, no podemos ni debemos dar el aval a unos parámetros meramente técnicos, en cuya discusión no tuvimos oportunidad de participar, y que siguen desconociendo al ciudadano común y las leyes. Además doctora López, como es de su conocimiento, estamos esperando respuestas a las cartas enviadas a la Ministra de Cultura, el 9 de agosto y a Fonade, el 15 de agosto del presente año.

Con toda atención,

LUCY AMPARO BASTIDAS PASSOS
Coordina Mov. Ambiental Los Guayacanes

MARIA TERESA AMAYA VALDIVIESO
Grupo Amigos de Popayán

domingo, 2 de septiembre de 2007

ADOLESCENTES EN RONDA AL PARQUE CALDAS

DE CLIENTES Y CIUDADANOS

JORGE MUNOZ FERNANDEZ
De clientes y ciudadanos

La lucha emprendida por ambientalistas como Amparo Bastidas, arquitecta que ha dedicado sus
esfuerzos a defender los bienes colectivos de la ciudad, es una tarea de incalculable valor ecológico, que no ha merecido la solidaridad de las autoridades encargadas de cumplir con la misión de trabajar por los intereses comunitarios.

Tratándose de la campaña en defensa de la ecología y la estética arquitectónica de la ciudad, uno concluye que los burócratas de Fonade trabajan en función de la relaciones Cliente- Estado y Cliente-Comunidad y no de la relaciones Estado-Ciudadano y Estado-Comunidad, como debería funcionar el Estado colombiano, si en verdad se tratara de un genuino Estado Social de Derecho.

Los grandes heliotropos del poder y sus aliados, se cuidan de mostrar los OBJETIVOS de FONADE, levantados sobre la categoría neoliberal “Cliente-Estado”, so pena de quedar desnudos en las audiencias populares, donde fungen como defensores del patrimonio nacional.

Porque resulta irónico y un tanto vulgar, si se habla del interés público, que sea el Estado colombiano el aparato que propicie antivalores contra los bienes tradicionales, como puede observarse en el arrogante discurso de la burocracia centralista, aupado con la mirada gacha de autoridades ajenas a la defensa de los derechos inalienables de sus conciudadanos.

Veamos, pues, como operan las contradicciones por los lados de FONADE. Mientras los defensores hablan en términos de ciudadanos, FONADE habla de
“clientes”, así como suena el vocablo, en su más cruda expresión empresarial, financiera y mercantil neoliberal.

Cliente, a la luz del Diccionario de la Real Academia Española tiene tres significados: “1.- Cliente. Persona que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional o empresa. 2.- Parroquiano. Persona que acostumbra a ir a una misma tienda. 3. Persona que esta bajo la protección o tutela de otra.” Obviamente, los ambientalistas, la Junta Pro-Semana Santa y la comunidad payanesa, por su cultura humanística, solidaria e intereses colectivos, no pueden coincidir con Fonade, Decreto 2168 de 1.992, que en lo atinente a su misión y objetivos dice textualmente:

“FONADE tiene como objetivos…los siguientes: Satisfacción del cliente”. … y, “consolidar una cultura de servicio al cliente, tanto interno como
externo, a partir de la creación de conciencia en cada funcionario de FONADE acerca del conocimiento y apropiamiento de las necesidades y expectativas de nuestros clientes como fin último de nuestra actividad”.

Como vemos, allí estriba la razón y la supuesta testarudez de los expertos de Fonade. Su obligación es la de mirar a los ciudadanos como “parroquianos” y a los municipios y ciudadanos como “clientes”. Fieles funcionarios al servicio de la mercadotecnia.

En ese terreno se libra la extraordinaria labor de los ecologistas caucanos y amantes del Parque Caldas, rostro de una identidad histórica que hoy pretende desfigurar “la filosofía del cliente”.

jorgemunozfernandez@hotmail.com